Nunca he sido un mexicano ejemplar. No me gusta el mariachi, ni el tequila, y mucho menos el mole y los tamales. Sueño con el día en que me pueda ir de aquí para no volver. Y sin embargo, en el fondo de mi alma se que no pude haber nacido en mejor lugar. Paradójicamente amo a este país con todo mi corazón.
La situación de incertidumbre que se vive en el país desde el 2012 y que se ha venido agudizando en los últimos meses me hace sentir impotente, frustrado, enojado, triste… Me duele muchísimo ver lo que pasa con mi país a nivel político, social, de derechos humanos… ¿Qué hemos hecho como sociedad para merecer lo que estamos viviendo?
Intento reflexionar y no logro entender esto. Veo que como sociedad estamos hasta la madre de la forma en que se manejan las cosas en este país, veo que nos organizamos y unimos; pero veo que no es suficiente. Nuestros esfuerzos no han sido lo suficientemente grandes ni contundentes para cambiar la situación. ¿Qué nos hace falta?
A veces creo que lo que necesita México es una revolución. Partirnos la madre literal y metafóricamente. No ha bastado con salir a marchar y exigirle a nuestros gobernantes lo que necesitamos. Ellos siguen haciéndose pendejos ante nuestras necesidades, derechos y libertades.
Yo busco ser un ciudadano ético y responsable pero eso no es suficiente para cambiar la situación de mi país. Saludar al vecino, trabajar cada día, respetar los señalamientos viales, ayudar a los necesitados, no ha mejorado la situación de México. El problema no es el pueblo, es el gobierno. Hay que arrancar el problema de raíz y la raíz está en Los Pinos.
Yo siento que mi país me hirió en julio de 2012 cuando votó por Peña Nieto. Desde entonces, la herida, en vez de sanar se ha ido haciendo más grande, más profunda y más dolorosa. El último golpe, el despido de Carmen Aristegui de MVS, ha sido muy duro: le pegaron no sólo a la libertad de expresión sino a la esperanza.
¿A dónde vamos a parar? ¿Qué más nos falta? Toque de queda? Golpe de estado?… Tengo miedo de hacia donde se dirige mi país. Tengo la esperanza de que los que faltan por despertar lo hagan y juntos hagamos una revolución de amor por México. Mientras eso pasa sólo me queda seguir luchando con mi corazón y desde mis trincheras por mi tierra azteca.
Escritos Matutinos 