amor, Animales, aprendizaje, Australia, crecimiento, familia, felicidad, Instagram, sueños, transformar, vida

Chulo o el amor tiene cola y cuatro patas

Hace dos días Mark y yo adoptamos un perrito. Llevábamos platicando la idea desde que nos mudamos de casa, pero por x o y no lográbamos concretarla. La semana pasada nos visitaron unos amigos con su perrita Magnolia, y nos dimos cuenta que nuestra casa no sólo era apta para un perro sino que necesitaba uno. Así que nos pusimos activamente a buscar al nuevo integrante de la familia.

Decidir qué perro era el adecuado para nosotros no fue fácil. Gran parte del porqué nos tardamos tanto en adoptar un cachorro era que Mark y yo queríamos perros diferentes. Mark quería un perro pequeño y yo quería uno grande. Un perro mediano era lo ideal pero tampoco lográbamos empatar nuestro concepto de mediano. Con la visita de Magnolia, decidimos fluir y dejar que llegara el perro que necesitábamos nosotros.

Mark y yo teníamos muy claro que el perro debía ser adoptado, macho y no mayor de 2 años. Durante unos días checamos páginas de adopción, pero no lográbamos conectar con ningún perro. Pero el miércoles pasado encontramos a dos perritos que nos encantaron: Basil y Larix.

Pensé que adoptar un perro sería fácil, pero en Australia es todo un show. La aplicación consistió en una serie de preguntas sobre nosotros, nuestro historial de mascotas, nuestra casa y nuestros planes a corto, mediano y largo plazo con el perro. Contestamos las preguntas y enviamos la solicitudes. Dos horas después, el refugio donde estaba Basil nos dijo que ya había sido adoptado.

A la mañana siguiente, Mark marcó al refugio de Larix para preguntar si habían recibido nuestra solicitud. Ahí nos dijeron que nuestras respuestas eran muy vagas y necesitaban más información y fotos de nuestra casa para saber si era adecuada para el cachorro. Esa tarde misma tarde ampliamos nuestras respuestas en la aplicación y enviamos las fotos de la casa.

El sábado a las 9am Mark recibió una llamada del refugio para avisarnos que habían decidido darnos a Larix en adopción y que ¡nos lo entregarían esa misma tarde!

La llamada nos agarró por sorpresa y nada preparados para recibir a un perro, pero nos dio tanta emoción que nos fuimos a conseguir lo básico: alimento, una cama, platos para agua y comida y un par de juguetes.

Mientras hacíamos todo eso, Mark y yo nos pusimos a pensar en nombres para el nuevo integrante de la familia porque Larix no era opción. En un principio queríamos un nombre latino; nuestras opciones eran Pedro (yo) o Pepe (Mark). Luego decidimos que sería buena idea nombrar al cachorro Sasha en honor a RuPaul’s Drag Race y porque es un nombre que no tiene género (en nuestra mente, nuestro perrito se identifica como Queer), pero no terminaba de convencernos. Así que yo propuse ‘Chulo’, y le expliqué a Mark que es la palabra que usamos en México cuando alguien está guapo. A Mark le gustó el nombre, ahora sí ya estábamos listos para recibir a nuestro perro.

A las 3:30 pm de la tarde tocaron el timbre de nuestra casa y, al abrir la puerta, Chulo entró en mi corazón. No necesité ni acariciarlo para quedar perdidamente enamorado de esta tirita de pelos con cuatro patas. Terminamos de arreglar todo el papeleo con la encargada de Chulo, y en cuanto nos quedamos solos con él, ya estábamos los tres perdidamente enamorados.

Estos dos días y medio con Chulo han sido una sorpresa muy chingona en muchos sentidos. He  reconectado con una parte de mí que pensé que se había extinguido cuando se murió Cholo (el perro que tenía de niño). También estoy descubriendo una parte de Mark que no conocía y me encanta. Pero sobre todo, Chulo vino a revolucionar positivamente mi relación con Mark, cambiando nuestros sueños en común.

Indudablemente Chulo será un personaje constante de mis Escritos Matutinos, así que prepárense para leer mucho de él y sus aventuras. Mientras, síganlo en @el_puppy_chulo, el Instagram que le creamos (porque #papasmillenials), y enamórense de esta hermosa tirita de pelos.

2 comentarios en “Chulo o el amor tiene cola y cuatro patas”

  1. Que padre Alo! Aquí adoptar es aún más difícil, ya llevamos algunas visitas, pero siempre resulta al final algo. Los perros se deben visitar mínimo un par de meses hasta que el perro te acepta y después te lo dan a prueba. También te condicionan muchísimo y hasta en el panorama de divorcio nos han puesto a ver quién se quedaría con el perrito. Felicidades, disfrútenlo mucho!

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario